domingo, 30 de octubre de 2011

La madrugada cómplice envuelve el suave velo de tus caricias, ¡aquellas mariposas...!  ella abre el universo efímero donde caen en pétalos las canciones de mis placeres...
Como una niña adorno con ellas las horas extensas... mientras escribo en tus ojos deseos que siguen naciendo... amore... amore...
...amore...

La eterna vida se ahoga en un instante.
Un instante de mil años en el que vivirás sobre mi piel...