domingo, 27 de febrero de 2022

VENEZIA DEMÓCRATA, JUSTA VENEZIA.


Anoche, en el Palazzo Pisani Moretta de Venezia, la diseñadora y organizadora de grandes eventos Antonia Sautter, hizo posible su "Ballo del Doge". Una celebración que tiene lugar todos los años, con gran fastuo, pero suprimida en este último año y muy ansiada ahora, tras las restricciones de la pandemia.

Es un escenario en donde el lujo, la vacuidad y la sensualidad, se muestran oferentes y sin reparo en gastos. Es esta una "Venezia" que yo oteo desde mi ventana. Pero, afortunadamente, existe una Venezia cercana, "ajustada" en gastos, disfrutable y apetecible como una simple y jugosa manzana: ésta ofrece largos paseos por sus "fondamentas" y "rivas" , "salizatas" y "campos", incursiones bajo sus inquietantes "sottoportegos" y sus estrechas calles, caminatas por anchas vías llenas de tiendas de artesanía, para pudientes y para viajeros con menos, porque, ¡que viva lo democrático!: uno puede llevarse un souvenir de Venezia hecho en China, por 1 euro, pero que no encontrará en su ciudad y, el que pueda pagar un camafeo a cientos de euros, un vaso de cristal de Murano o un increíble tapiz, que lo haga; quien pueda pagar un hotel a miles de euros la estancia, un taxi a 120 euros el trayecto, un café en más de 20 euros, que proceda a ello y disfrute, pero ¡que no piense que Venezia es sólo suya!

El viajero modesto podrá llevarse una valiosa máscara de plástico, hecha en China, como recuerdo, por 10 euros. Podrá tomar un café a 1,50 si sabe adónde y verá que no sucede esto en un oscuro callejón, lejos del bullicio veneciano.

En cambio, su osadía de visitar una de las ciudades más caras del mundo, se lo recompensará Venezia con hermosísimos atardeceres, con serenos paseos junto a la Laguna, con el conocimiento de museos y monumentos, con el trato al veneciano, hospitalario y especial y le parecerá escuchar, en el cabeceo pertinaz de las proas de las góndolas sobre el agua, ecos de otras épocas, notas de Vivaldi, pasiones y embrujos de siempre. 

Entre el lujo del "Ballo del Doge" y una máscara de 10 euros china, se encuentra Venezia, la "vecchia signora", hermosa en su decadencia, demostrando que es sabia: que a todo mortal seduce para que la adore, y a ella nunca le importará el poder del bolsillo de éste.

Ella sabe. Es Venezia. La única.