miércoles, 23 de mayo de 2012

EL RETORNO A UNA FRASE DE MI INFANCIA.

De las historias de poco andar vertidas en mi blog, quizás sea ésta la menos graciosa. Es triste; me devolvió a una escena de mi infancia cuya comprensión me llegó del todo en la adolescencia.


-Hay que ver... quitan profesores y ponen más niños en cada clase. Qué vergüenza...
-Pues sí, así están las cosas, Carmela, ya ves tú. ¡Y lo que nos queda!
-Digo, y estos a lo suyo, venga reducción y reducción. ¿Tú te puedes creer?
-Pues hay gente que, en su casa, no tiene de nada, Carmela. De nada, de nada, fíjate.
-¿Y eso de que "en mi casa estamos todos parados"...? Pero, ¿qué es lo que la gente quiere...? ¿qué tengan trabajo todos en la casa? ¡Anda, por Dios! ¿Eso cómo a va ser? ¿eso cómo va a ser... que una mujer tenga el trabajo de un hombre? ¡Vamos, que le quite el trabajo a un padre de familia! El trabajo de los hombres es de los hombres, ¿dónde se ha visto eso?
-¡Digo, digo, Carmela, así es!

-... ¡UNA MUJER QUITÁNDOLE EL TRABAJO A UN HOMBRE...!

miércoles, 16 de mayo de 2012

EL PEZÓN VERGONZOSO O EL PROBLEMA CREADO DEL EROTISMO SUBYACENTE.

Deberían volver los corsés y los miriñaques. Los cinturones de castidad y las almenas con ojivales ventanales. Las bragas de cuello alto y las fajas de tres vueltas.
Así, la femineidad maravillosa, punzante, viva, delirante, gozosa, se iría a dormir a los dormitorios. Todo sería uniformado, cómodo, plano, monocromático, adecuado.
Necesariamente vergonzoso, libremente vergonzoso si la femineidad se mantuviese oculta.
Los pezones como gomas de borrar, como galletas de chocolate, como gominolas dulces serían celosamente guardados para las salas de lactancia.
La negación del cuerpo daría la razón a los sujetadores con convenientes aros y rellenos de espuma.

Que se vayan a la mierda los artificios.



Pechos de mujer. Juan José Salcedo Valderrama

viernes, 11 de mayo de 2012

AMORE

Rondan mi cuerpo desnudo
hiedras que se entrelazan
olas que nacen entre canciones
y mueren entre suspiros
Esencias derramadas...
en el pulso de tus sentidos...