sábado, 1 de abril de 2023

LOS "ACONGRESADOS"


Se inaugura el Congresolenguacádiz en el Teatro Falla a medio día. A dicha inauguración se asiste sólo por invitación, según se especifica en la web. Durante varias semanas, por e-mail e Instagram, he preguntado sobre estas misteriosas invitaciones y no contestaron a mi pregunta: "¿En base a qué criterio se dan dichas invitaciones?" Entiendo yo que, los inscritos, tenemos derecho a asistir a los eventos de inauguración y clausura. Pues no sólo no tenemos derecho, sino que tampoco lo tenemos a que se explique por qué los organizadores lo han gestionado de esta forma. 

Ayer por la mañana, tras mucho insistir, recibí finalmente un correo en el que se usaba graciosamente el adverbio "ya": no es posible "ya", por problemas de aforo. Qué oportuna e increíble excusa, ¿verdad?, como si fuésemos tontos. ¿Hay que "caer bien", ser catedrático, señora "de", señor "de", político, director de algo muy gordo, rey...? Parece ser que sí, que es eso. Y es este el motivo por el que no han tenido a bien resolver mi duda: porque la explicación sería ilógica, pondría el foco en el injusto ostracismo y, ¡claro!, eso no viste como el traje de ceremonia. Aceptar que han dado las invitaciones a quienes han querido..., ¡qué ignominia aceptar que han discriminado en la ciudad de la Constitución!, ¡qué pérdida de elegancia sería, de pose! Qué feo y qué mal lo habéis hecho, organizadores. Qué feo, qué poca elegancia, ¡contestar el último día a mis  mensajes pero sin responder!; hacer lo que os da la gana, en resumidas cuentas. Así, en un rato los señores, señoras, etcétera, los "acongresados", ocuparán sus asientos en la "casa de los ladrillos coloraos", (¿sabrán todos que así llama el pueblo gaditano a nuestro Teatro?), pero sin pasárseles por la cabeza la idea de que ellos, nunca, por más cargos y títulos que tengan, conseguirán ser más que nadie y, por supuesto, que no tienen el uso exclusivo de la Lengua Española, como lo tienen de la ropa buena y de las invitaciones porque sí. 

UN PRÍNCIPE DE BANDERA

Las anécdotas se habrán acumulado, desgarradas de su matriz, en infinitas realidades durante el Congresolenguacádiz; cada palabra dicha, cada pensamiento no verbalizado, la mirada atenta, la atención olvidada..., todo ello habrá confluido en sendos multiversos, aquellos lugares sólo conocidos en plenitud por los dioses. Cada mortal será conocedor de una ínfima parte, una secuencia de incalculable valor para cada uno de nosotros, pero que, en realidad, será una ridícula pieza del carrusel de sentimientos, vanidades, anhelos y conocimientos vertidos en los últimos días en Cádiz y, a su vez, en todos los ciudadanos que no han asistido al Congreso. 

En aquel cuello de botella, donde confluyen las aguas de todos estos ríos, un cisma infinito acude a la llamada de la ignorancia auto complaciente, emporio de la ternura aun así y he aquí que quiero aportar el reflejo contrario del hilo de Ariadna; lo que está perdido, tan increíblemente alejado de todo lo ocurrido. El pasmo que produce la constatación de su existencia, aún me impide coger el sueño pese al cansancio. 

De camino a Chiclana esta noche, en el bus de las diez y cuarto, un señor que olía a sudor regresaba de trabajar. Sentado detrás de mí, acabó su viaje saludando a otro que le había reconocido y, casi a voz en grito, comenzó a relatarle su día. Enseguida desveló su pieza del carrusel:

"De ahí vengo, que me zalió un trabajito en Cadi, quitando lah banderitah eza der príncipe..."

¡Maravillosas piezas del puzzle humano!