lunes, 28 de diciembre de 2009

Nunca digas jamás.



Si el otoño llegara a tu vida dejando el corazón desnudo, si el viento azotara impetuoso los cristales de la ventana, si los días transcurrieran sin un sólo rayo de sol enredandose en tu pelo...

He de decirte que estoy contigo aunque no me veas, que siento igual que tú la agonía terrible de una vida yerma... que me ahogan como a tí los días y las noches de autómata, el espanto de la miseria, el frío tacto en las manos, la escarcha en los labios...

Es entonces, cuando te revelas contra todo, y todos te parecen que, ajenos a tí, viven unas vidas paralelas, que eres invisible.

Descubres en tu alma una nueva flor de color oscuro, seca, muerta, pero que sin embargo crece... Como la hiedra, avanza por tus sentidos, envenena tu sangre y trastorna el pensamiento. Mueres entonces, yo lo hice.

Quise hacerlo, y aún lo esté quizás. Tal vez mi esperanza sea escribir ahora, mientras el viento azota tras mis ventanas, mientras el invierno anula las ganas, o lo intenta. Yo escribo... Y lo hago por algo, y me lo pregunto, quizás como tú, me lo pregunto. Y es que tal vez, no esté del todo muerta, ¿cómo puede ser esto?, ¿cómo?, ¿si a veces las lágrimas no me dejan ni respirar?

¿si a veces siento cómo algo araña al otro lado de mi piel?.

No lo sé, quizás nunca deba decir jamás.

4 comentarios:

Carmen dijo...

Chiquilla, qué sorpresa más grande encontrarte por estos lares. Lo que has escrito es precioso, con tu sello de identidad, inconfundible.

Bienvenida al lado oscuro!, besos.

Antonio Fassa dijo...

Antes que nada decirte que tu prosa tiene tela de poesía. ¿cómo de poético tendrán que ser tus versos?
En cuanto a Cornisas con Palomas... bienvenida a la globosfera.

Salud y poesía!!!

Anónimo dijo...

Yo también estuve ahí.
Ahora estoy en otro sitio desde el que se ve lo que no ven los de "ahí".
Te aconsejo que subas y mires desde esta dimensión.
A mí el invierno no me anula. Todo lo contrario, me fortalece y me da vida. Ojalá tuviera la fuerza de volar a Suecia, Noruega o Finlandia para siempre.
Un beso y bienvenida a la fiesta de las emociones.

Equilibrista dijo...

chiquilla, el texto es melancólico, pero que bonito suena, se nota que pones el corazón en tus palabras

y ya sabes...
¡alas, alas, alas!