domingo, 14 de octubre de 2012

UN "HOMO NEANDERTHALENSIS" EN LA PARADA DE AUTOBÚS.

"El hecho de no encontrarme con ninguno desde hace tiempo no implica su inexistencia".

Esto es lo que debía haber pensado cuando escuché la letra de una canción desentonada; aquella que obliga a desear estar en otro lugar.

"Llámame antiguo, llámame machista..."

Al pasmo inicial siguió un sentimiento de alivio. Y es que ahora creo que quién me habló fue uno de esos maltratadores, candiles de puerta ajena... Afortunadamente estos seres me suenan de lejos.
Reconocí en sus jactanciosas afirmaciones a aquel "Juan" que describí hace tiempo en uno de mis relatos. "El amor de Juan". Un desgraciado. Un terrorista de bata y zapatillas.
Uno de aquellos que piensan que su mujer no debe tener amigos; es más, que su deber es estar en casa cuando él llega.
...Y ella quizás siga pensando que no sólo cocinando bien se asegura al maridito bajo las faldas, también ha de ser necesario "ser limpia en la casa y puta en la cama".

La próxima generación de estúpidos como este se hartará de sopitas de sobre.

4 comentarios:

Carmen dijo...

Y lo peor es que se disipan, pero no se extinguen. A por ellos!!!

Un besito.

Cuenticiente dijo...

Eso mismo. La verdad, fue terrible escuchar aquello.

Pedro Estudillo dijo...

Pues atenta a la conversación que oí hace 2 días en Cádiz:
-¿Qué estás, con la condicional?
-No, ya me soltaron, sólo fue por malos tratos.
-Te voy a tener que dejar a la mía un rato...

Para vomitar, vamos.

Cuenticiente dijo...

Eso es poco. Guerra a los individuos estos. Denunciemos siempre.

Gracias Pedro.
Un abrazo para la familia.