lunes, 15 de noviembre de 2010

MAESTRO

Hoy sentí algo muy especial.
Fue un impacto. Cinco, cuatro segundos quizás. Después... este sentimiento cálido que acaricio, extasiada por su belleza.
Hacía años que no le veía, y deseé no ir en el autobús de vuelta a casa. Deseé haberme cruzado con él en la acera para poder abrazarle y decirle que le recuerdo y que le admiro.
Una chica iba a su lado. Le tomaba del brazo mientras él intentaba dar un paso apoyado en su bastón, arrastrando aquellas piernas de marioneta.
Compartí mucho con él; me enseñó muchas cosas y le gustaban mis dibujos.
Siempre ha sido un artista, un pintor excelente. De sus ojos brotaba la intensidad de lo vivido y la sed por vivir.
¿Cuántos años podría tener ahora? ¿Cincuenta quizás?
Recuerdo su porte; era un hombre muy atractivo. Ya entonces estaba enfermo.
Pocos años después ya no podía subir las escaleras de la escuela.
La última vez que le había visto fue en una tienda de ropa para niños, junto a su hijo. Charlé con él un rato y recordamos algunas cosas de la escuela de Artes.
De esto hace mucho...
Hoy le encontré en un instante, mientras el autobús giraba para tomar otra calle. La chica parecía ser su cuidadora y le sujetaba con paciencia.
Estaba tan cambiado... y mi alma se fue tras él. Se me escapó del cuerpo sin querer y se fue a su lado. Y conservé el instante y me abracé a aquel segundo deseando morir envuelta en aquel sentimiento.
Le amé. Y este sentimiento quedó prendido en el aire, y me llené de su dolor, de su esfuerzo, del recuerdo de su mirada, de su intensidad.
Le amé.
Tanto que un dolor terrible se alojó en mi pecho. Una angustia por creer que tal vez no pudiera nunca volver a verle.
Deseé volar, ser aire, sentimiento, renegar de mi cuerpo.
El cuerpo tan sólo es una cárcel que no me deja vivir..., vivir lo que deseo.
Y deseé ser parte de su cuerpo tullido.
¡Quedan tantas cosas por aprender de tí, maestro...!

6 comentarios:

El Drac dijo...

Y qué pena que aún presagiando que tal vez no lo vuelvas a ver más, no te hayas animado a acercártele; ojalá haya otra oportunidad. Un abrazo

genialsiempre dijo...

Ya sabía yo que detrás de tí tenía que haber un genio..., ahora nos das una pista

Cuenticiente dijo...

Drac, no pude. Yo iba en el autobús y no podía bajarme, aunque hubiese querido. Me esperaban a una hora. Pero es extraño esto...
Es una energía sentida, que perdura y me envuelve. Quizás, de alguna manera le llegue. Por medio de alguna forma que desconozco.

Cuenticiente dijo...

Hola Jose María. Ya sabes que todo nos enseña. Gracias, compañero de letras.

Anónimo dijo...

Intensidad a flor de piel.
Esta puede ser una pista acerca de la dualidad cuerpo-alma.

Cuenticiente dijo...

Es extraño Víctor, pero se pueden percibir y sentir cosas si se disponen los sentidos y el corazón.

Hace poco me pasó con una señora francesa; está enferma y es absolutamente amable. Sentí su alma, a pesar de no entendernos. Su templanza y su rostro acariciaron mi alma, y sentí absoluto amor por ella.
Es una conexión con algo... Como encontrar las piezas del puzzle, creo que puedes comprenderme.