martes, 25 de enero de 2011

"TIZNAO"

Aún recuerdo perfectamente aquellas tardes de merienda en la cafetería de la plaza de Cádiz...; batallera, bulliciosa y llena de compás en medio del aparente caos.
Se llenaba cada tarde de cucuruchos grasientos con churritos traídos del puesto de enfrente, efímeros deleites que desaparecían bañados en chocolate caliente, para dejarse acunar más tarde en la cintura y en las caderas...

Casi siempre pagaba mi abuela, quien, una vez concluida la convidada, salía del establecimiento contando sobre la palma de su mano izquierda el cambio en monedas; "no vaya sé que me haya dao de meno er camarero..."
De aquellos días data el descubrimiento de uno de mis mayores placeres: el café. Y aunque yo contaba con no más de diez años, ya se me permitía la degustación de un "tiznao". Con lo que la, hasta entonces acostumbrada, bebida de cacao pasaba a un plano inevitablemente infantil.

Desde entonces comencé a comprender, gradualmente, que existía un porqué para levantarse por las mañanas, una consecuencia para no acostarse y un motivo recurrente para reunirse con alguien.
En la actualidad, diferencio perfectamente un café malo de otro peor, y por supuesto creo que alabo un buen café cuando lo merece...
Pero hay algo que soporto infinitamente menos que un café malo: pedir un café "manchado" y que me traigan otra cosa. Y esto sucede en muchos establecimientos, y eso que a diario puedo llegar a tomar un café en tres sitios diferentes.

El café debe ser intenso, oscuro, humeante... Por supuesto esto se soporta normalmente hasta los cuarenta años; a partir de una determinada edad, el estómago pide un poco menos de esta oscura y humeante intensidad, por lo que pasamos de nuevo a los inicios del romance.

Un café con leche. Todo el mundo sabe lo que es un café con leche... ¿seguro? ¿Y un "tiznao" o "manchao"? ¿Un cortado? ¿Un avellanado? Puede parecer que sí, pero... os aseguro que no. Lo habréis comprobado; si pedís un "manchao", os ponen, en un porcentaje invariable de un noventa y nueve por ciento, un café con leche. Y claro, una lo que pide amablemente es que aclaren, por favor, la bomba atómica de aspecto inocente que humea bajo las fosas nasales...
El camarero se lo lleva, mientras tú te preguntas si has vocalizado mal, o algo peor. Pero debe de ser, efectivamente algo peor: ¡te vuelven a traer el café exactamente igual que antes! ¡No!

¿Es posible que tan sólo le hayan rezado un "Ave María"? ¿Quizás es que le han dado una vueltecita al ruedo esperando un milagro? ¿O es que realmente (y amablemente) se están pitorreando del cliente?
Normalmente, y depende en gran medida de cómo lleve el día, suelo echarle paciencia a falta de leche, y al segundo paseo del vaso me tomo lo que me traen, tachando de mi lista la cafetería en cuestión.

Otras veces, yo misma le echo la leche...

6 comentarios:

genialsiempre dijo...

Si quieres tomar buen café, vete a Madrid, porque en Cádiz no saben

Cuenticiente dijo...

¡Pero bueno! Tengo que cerrar filas entonces por mi Cádiz, ¿qué no se hace buen café? ¿en un cien por cien?... ¡ums! No he recorrido todas las cafeterías de capital y provincia (todo se andará), pero en algunas sí he podido saborear un buen café. Al menos en lo que a mi entender "chico" se refiere.

Aunque doy el beneficio de la duda; otro motivo más para visitar Madrid. ¡Por cierto!, desde S. Fernando se llega en tres horitas de AVE, ¿no? Lo que sea mejor que un avión; no se ve ná de ná.
¡Un beso!

Marcodefotos dijo...

jajajaja! Café! liquido que he descubierto al llegar a la uni, nunca antes lo había probado jajaja!
y bueno, a mi con que me suba la moral... xD =)
está muy bien escrito eh? =)
un besito!

Anónimo dijo...

Eso te iba a decir, que te lleves tú la leche y se la eches. No creas que me gusta mucho reclamar en los bares cuando de alimento se trata. Aunque es de suponer que no, lo mismo pillas a un "atravesao" y te echa algo raro dentro...y no voy a decir qué.

Eso, eso, Genialsiempre, qué bien nos vendes Madrid.

Muás.

Cuenticiente dijo...

¡No me digas eso Víctooooor!
¿Qué haré? Sobre esto puede hacerse todo un estudio sociológico... Mira, pues un día que tenga ganas de experimentos lo haré. Y ya te cuento, jeje.

Y habrá que probar el café en Madrid; ¿algún establecimiento en especial para recomendar? ¿o a la aventura?

Cuenticiente dijo...

¡Un abrazo Marco! Gracias compañero.