viernes, 15 de abril de 2011

A PIE DE CALLE

Ayer escuché dos pensamientos desgarrados en frases.

"Estoy pensando en delinquir, por lo menos cuando salga de la cárcel tengo paro..."

"Yo soy de derechas de cabeza y de izquierdas de corazón..."

¡La leche! Qué país...

Y como un texto sin un contexto es un pretexto, diré:

La primera frase corresponde a un chico que esperaba cola en asuntos sociales.

La segunda frase pertenece a un señor joven con niños, señora y niñera que comía en una terracita.

La primera tiene su lógica, aunque no comparta la asociación de ideas.

La segunda es para tirarse al suelo. Pero ya está una acostumbrá a platos templaítos...

Vamos a llevar a los niños a misa... que eso es "progre"... y "viste" tela.

¡Si todo se quedara en eso! ¡qué rebaño de corderitos!

2 comentarios:

genialsiempre dijo...

Pero esas cosas pasan en el circo de la vida, y hay que acostumbrarse a todo. También los hay al revés, de izquierdas de cabeza y de derecha de corazón, al final el interés es el que manda

Cuenticiente dijo...

Efectivamente. Y el interés nos arrastra, como decía Saramago: "es una máquina que nos empuja..."

Que nos acostumbremos NO puede significar jamás que nos callemos, que no dejemos de asombrarnos por la falta de coherencia.
Da igual si empezamos por el ciudadano de a pie o por los políticos.
Ni hay izquierdas ni hay derechas, pero existen las ideas.
Me niego a ser un monigote.
No es mi realidad.

Los sabores mezclados, mejor en los helados.
Gracias Jose María por tu visita.

Un abrazo grande.