domingo, 21 de diciembre de 2014

SE MERIENDA SIN PIJAMA, POR FAVOR.


La luz apagada, la penumbra... Su voz amable, atento a mí... El roce de sus dedos en mi cara...
Alto, algo tímido, irresistiblemente tímido, en la habitación, solos.. Timidez que a las leonas da tanta hambre.
Incauto, solícito, atento, aquella penumbra...
La palabra mágica luego, una vez, dos, tres... tan rica...
"Dímelo", "dímelo", cada vez que cambiaba la diapositiva, jejejeje. "Dímelo", "... y ahora, dímelo"
Una pieza fácil. Rápida, clandestina. Tímida, sobre todo tímida.
Tímida merienda para leona...
La merienda encendió la luz. El optometrista encendió la luz. El bollycao encendió la luz. Y lo que era penumbra lució de colores hirientes, realidad fulgurante...
Mi merienda clandestina asomaba, bajo su bata blanca de optometrista y su jersey de chico bueno, un indicio de pijama de abuelito, de color granate, con sus botoncitos con filo dorado...
Ya volveré en verano.

1 comentario:

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El propósito principal de la vida es ayudar a otros. Si no puede ayudarlos, al menos no nos lastimamos ellos.