
...Y el olor de las tostadas
y el olor de Grazalema
y el olor de la nieve,
y de tu pecho caliente
y de tu frío.
De aquel olor que yo recuerdo
escapan el deseo y la mirada
y las horas
y las lenguas
...y el calor de las hogueras
Luego el olor...
a olas de arena tibia
arenas requemadas.
Y el olor de la chicharra
y de tus montañas
de tu saliva, de tus entonces
de tus lugares para mañana...
...olor a sábanas lavadas.
4 comentarios:
Hay olores que permanecen para siempre y veo que tú los mantienen nítidos, como si fueran de hace un ratito.
¡Ummmmm! qué bien que huele por aquí, sí señor. No sabía que las palabras pudieran desprender esas fragancias.
Un beso.
Lo difícil es saber guardar los recuerdos sin que la carcoma de la nostalgia nos haga abrir el cajón cada tres horas. Si podemos hacerlo, bienvenido recuerdo.
Preciosas tus palabras. Un besito.
Son los paraísos que se guardan entre las manos, y cuando éstas acarician se desprenden los recuerdos que se esconden bajo la piel... Como una gota de esencia que se entrega al viento...
Lo habéis sentido alguna vez ¿verdad?
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