domingo, 15 de agosto de 2010

Mi niño

Mecido por tantas horas de madrugada
soñado en tantos suspiros que no comprendo
temido como arrojarse de un tren en marcha...

Llevada por el levante bajo mi falda
de aquel vestido que me inventaste verde esmeralda
y entre mi pelo y entre mis dedos y entre mi alma...

Tú que no sabes, tú que no encuentras, tú que te extrañas
¿Cómo te hablo de que el amor no entiende nada?
Si es que te temo, si es que te extraño y te llevo y me duelo
¡...si besaría tus manos amantes como joyas milenarias!

Y no te entiendo ni yo me entiendo ni me comprende esta madrugada
que parece llevarme hacia aquellas estrellas tan lejanas
donde aquellos abrazos encuentran cálidas mañanas

Aún no comprendes, mi niño...
que eres esa luz que embellece mi alma,
y que no puedes y que no puedo aunque yo quiera
...apagarla.

2 comentarios:

genialsiempre dijo...

Caray con tu niño, !que suerte tiene!. Así se dice el amor, con retazos de versos hilados con esa droga

Cuenticiente dijo...

Hola, Jose María. Ya se sabe, el universo elegante, la teoría de cuerdas... ¿O simplemente mejor llamarlo amor?
Un abrazo, compañero.