sábado, 16 de abril de 2011

PESAÍTO

Hace una levantera de mil narices.
El pañuelo-fular se me retuerce en el cuello y parece que lo que quiere es ahogarme.

Una cosa buena sí que le encuentro a esto, que el señor levante sea capaz de hacer que aminore el paso e incluso muy capaz de tirarme al suelo. Casi me siento como hoja llevada por el viento y esto es tan bucólico que me emociono de verdad...

Mi admiración iría incondicionalmente para aquella o aquel que hoy vistiese falda de vuelo: lo menos acaba en Gibraltar... así en parapente.

Hoy he visto por primera vez a un pino bailar. Tal cual os lo digo. Y no lo hacía del todo mal, sobre todo pensando que no tiene pies y que es pino (que nadie se ofenda)

Y menos el señor levante. ¡Qué sí, hombre que para algo viene! Que si no llega a ser por él, ni humedades ni moho se irían, estaríamos peor de los bronquios (el tabaco hace su parte). Y de paso se lleva el agua de las salinas que a todo hay que verle lo bueno.

Es más nuestro que nuestra historia, este pendenciero. Más viejo que los siglos, el levantito.
Pero creo yo que no lo quiere mucha gente... que es como un casero jartible pidiendo el alquiler.
El pago por vivir en la bahía. Lujazo dónde los haya.

2 comentarios:

genialsiempre dijo...

El primer comentario favorable al levante que leo en muchos años, pero además diciendo la verdad. Tiene su mérito

Carmen dijo...

Pues imagínate como está soplando en Medina. A dioh gracias que a mi no me lleva el viento tan facilmente, que si no me planto en Algeciras.

Que gracioso tu texto, y que buena gente eres pal put. levante.

Besitos.