martes, 26 de octubre de 2010

SOÑAR

No puedo evitar lamer entre tus labios el antiguo placer de anhelarte.

Si hoy mi locura acecha como un animal perdido, será que tus manos vistieron mi piel.
Ahogas mi aliento, me alimentas. Y de beber en tus deseos lleno la noche.

Es el lugar que encuentro para esperarte, para llamar tus palabras y soñarte.
Sin sentidos que guardan sabores; que poco importan mientras me acaricias.
Sueños de nada que viven del silencio. El silencio que escucho y deseo, que llenas y desatas...
De madrugada, vuelves a tenerme... sólo tuya.

4 comentarios:

El Drac dijo...

Leyendo tu prosa tan definida y seductora me doy cuenta cuán dulce debe ser la luna de miel para los recién casados. Un abrazo

Cuenticiente dijo...

¡Drac! ¡hola...!, ¡un beso grande amigo!

Supongo que de estas locuras sabemos todos, aunque a veces hay que desearlas y soñarlas.

El ser humano vive de realidades, pero su esencia la alimenta de sueños.
Yo vivo del pan, pero estoy viva gracias a mis sueños, a mis anhelos, a mis esperanzas.

Voy y vengo del otro lado, el lugar dónde guardo mi esencia...

Carmen dijo...

Qué sensualidad y qué pasión, cuántos quisieran ser quien piensas cuando escribes estos poemas.

Un besito.

Cuenticiente dijo...

Los besos y deseos de una mujer, son perlas preciosas. El hombre que puede atesorarlos debe sentirse como el ser más afortunado de la tierra.
Las caricias de una mujer enamorada no pueden pagarse jamás, porque son un privilegio exquisito...

Abrazos Carmen.