viernes, 13 de mayo de 2011

COSAS QUE PASAN POR CASA

El otro día mi niña tuvo un berrinche. De esos que duran muchísimo tiempo.
Cuando ya habían pasado sesenta minutos de pataleo incesante comencé a pensar en los vecinos...
Empecé a temer que bien podrían llamar al timbre, alarmados por el volumen de la rabieta.

Y sí, más o menos a los sesenta minutos me percaté que llamaban a la puerta. Resignada a mi destino abrí y ¿quién era?: el alcalde. Sí, sí, el alcalde. La repera, vamos.

¿Para tanto estaba siendo el berrinche que había tenido que venir hasta el alcalde?
Tras él, un séquito de acompañantes me observaban divertidos. Supongo que les parecería gracioso ver la cara de los vecinos al abrirles la puerta.
El sujeto me tendió la mano, me dió una bolsita con propaganda, boli, piruleta y pidió mi voto. Por supuesto (prometerlo no cuesta, hombre).

La rabieta aún duró un poco más y también el susto que me di al abrir la puerta...

6 comentarios:

genialsiempre dijo...

Yo le habría dicho que ya tengo enciclopedias, y le habría dado con la puerta en las narices...es lo que se merece

Cuenticiente dijo...

He de confesar que no sigo mucho las incidencias de la alcaldía. Aunque he de decir que el incendio del pinar de hace un tiempo olía más que a chamusquina; más que nada por la muy pronta y posterior construcción de chalets...
Confieso que miro a Cádiz con más interés, aunque me preocupan también las gestiones que hagan en Chiclana.
De todas formas me pareció soso, flojo (el apretón de manos no fue enérgico, al menos para lo que se puede esperar de un alcalde)
En fin, cosas que pasan.

Carmen dijo...

Una hora de berrinche desde luego que bien merece la visita del mismísmo alcalde que corrobore dicha osadía, jajaja. Te compadezco hija, no sé si más por el berrinche o por la visita.

Un beso.

Cuenticiente dijo...

Lo mejor de la tarde fue la piruleta; desvió un poco la atención de la niña, pero aún así duró noventa minutos.

Lo gracioso del asunto es que al alcalde le tuve que prometer el voto para que se fuera, y a mi niña no le tuve que prometer nada para que dejara de llorar. Se le acabaron las energías, la pobre.

Mira, algún compañero de tu hermano y él mismo tal vez recuerden algún trayecto enterito con el berrinche de mi chica.

Pedro Estudillo dijo...

Pues ya se le podía acabar también la energía al indeseable que tenemos como alcalde (con perdón), no merece ni una piruleta, cuanto menos un voto.
Yo antes voto a tu niña, con berrinche incluido. No ni ná.

Un beso (lo que no te pase a ti).

Cuenticiente dijo...

Eso, eso mi niña pa alcaldesa. Lo que ocurre es que aún le pueden quedar diez añitos para presentarse... Pero la plantita desde chica, jeje.