viernes, 24 de septiembre de 2010

RELOJ DE ARENA

Siempre acariciaba mi cuerpo grande y pesado con sus dedos azules, verdes, grises. Su amor se abrió ante mí cuando nací, procurándome alimento y música, viajes, sueños.

Sus dolores me dolían, sus enfados me envolvían... A veces bailaba durante largas horas a mi alrededor, haciéndome partícipe de su torbellino, alzándome, escupiéndome.

Luego llegaba la calma de luz blanca, y yo iba a su encuentro. Entonces me contaba sus historias llenas de leyenda, y me hablaba de sus seres queridos, y de aquellos que dormirían para siempre en su regazo.

Mi amor siempre fue mi vida.

Pero hoy sentí que aquellas señales percibidas hace tiempo, que provenían de las profundidades y la inmensidad de su alma, me confundían. Tenues pero insistentes, han transformado mi cuerpo pesado en amargor y locura.

Aquellas esencias desconocidas, aquellos sabores indeseables... ¡estos sonidos que desean y me piden que equivoque mi camino...!


Varias veces han salido el sol y la luna desde que me fallan las fuerzas. Unos seres desconocidos intentan hablarme. Gesticulan mientras se disponen a mi alrededor.
Quieren que vuelva al mar.
Pero ellos no saben que mi amor ya no quiere que vuelva.
Estoy cansada. Ellos no lo saben...

El mar cuenta que sí.

6 comentarios:

genialsiempre dijo...

Precioso!!, querida amiga, estos son los relatos que yo espero de tí, sin entrar en politiqueos absurdos

Carmen dijo...

Sinceramente no sé muy bien quien habla ni de qué, pero poco me importa, tus palabras me han encantado y me han regalado un abanico de sensaciones, y con eso me basta.

Un besito.

Cuenticiente dijo...

Jose María, me interesan bien poco los trapicheos de los políticos. En cualquier lugar veremos exactamente los mismos tejemanejes y la misma compra-venta. Ya te puedes ir a un barrio, a un grupo, a una oficina, a una familia con muchos miembros o a un parvulario. Esto es lo más humano del mundo.

Por otra parte, aún sin agradarme demasiado todo esto de la política, gusto cuando quiero y me apetece, dar mi opinión en el tema que considere.
Actualmente los principios políticos se diluyen en el poder más rastrero y el afán por llenar las huchas.
Ni la izquierda, es izquierda, ni la derecha es derecha.
Tenemos la izquierda menos de izquierda, si nos centramos en el gobierno actual. Y si nos vamos a la opinión del pueblo, la cosa es de lo más clara. A la gente le suele importar un pepino casi todo. El salir o no salir de la crisis(aunque se pueda) al implicar acciones solidarias desde el poderoso (políticos, banqueros...) al mero currante, se transforma en sinónimo de simple utopía.

Dicho esto, mi interés principal versó simplemente en recriminar un tipo de lenguaje, específico, utilizado en el correo enviado al diario.

Y como me encanta hacer de abogada del diablo, diré (politiqueando absurdamente quizás) que las críticas a ministros siempre han estado a la orden del día, fuera cual fuese el color de su partido. SIEMPRE, y como tales son necesarias y aceptadas bajo el respeto.
Y añadiré, que espero y pediría encarecidamente que en cambios posteriores de gobierno sigan dándose la paridad en cuestiones de responsabilidades.
Y que, aunque fue un gesto feroz de propaganda por parte de ZP el hacer posible la imagen de una mujer embarazada pasando revista, la defiendo y la aplaudo.
Y pregunto ¿es ésta la imagen de una muñequita estrafalaria?
Cambiemos el chip, please.

Cuenticiente dijo...

Carmen, agradezco que te haya gustado, y a Jose María también (que me he enrollado demasiado y no lo he dicho).
El texto pretende atender al aumento de ballenas varadas. Ni los científicos pueden decir con exctitud a qué se deben. Tal vez el sonar de los buques, la contaminación de las aguas y la consecuencia de individuos enfermos o la falta de alimento.

En cualquier caso, he querido plantearlo "desde dentro", haciéndoos partícipes de lo que imaginé que pudiera sentir y pensar este maravilloso animal, si pudiese hacerlo. ¿O sí podría? ¿Dónde está el dios que lo sabe?

De nuevo, historias de amor que se acaban... Poesía. Triste.

Pedro Estudillo dijo...

Sin entrar en conjeturas de ningún tipo, el texto me parece muy bueno; sensible y profundo.
Mis felicitaciones, Chari.

Un beso.

Cuenticiente dijo...

Te echaba de menos Pedro. No sabes cuánto. Si es que me encanta veros por la cornisa, y más ahora, que empieza el relente otoñal, y hace más fresquito que de costumbre.
Gracias de corazón.