
De sus manos colgaba la piel
en sus pies arrastraba la tierra,
en la sien, prendidas,
pesaban noches de luna nueva.
Ojos no tenía, ni lengua,
ni carne en sus mejillas...
Acíbar vistió su alma,
estrangulaba las tripas.
Xerófita viene pisando
las piedras que no le pinchan,
andar de cristales finos...
¡Suspiros van adornando
la orilla de los caminos!
Dulce sueño que acunó
negra bestia acabaría,
por despertar la mañana
a horas en gris dormidas...
De sus manos colgaba la piel
en sus pies arrastraba la tierra,
y en la sien, prendidas
alondras que no despiertan.
9 comentarios:
Bonio, aunque triste, pero muy bonito
Es una semblanza triste la que nos proyectas, bello texto ¿pero a quién se refiere? Un abrazo
Es un homenaje, con todo mi cariño, y aunque ella no lo sepa... hacia una madre que perdió a su hijo, heroinómano. A su lucha, a su entrega, a su dolor...
A su hijo le encontraron una fria mañana de noviembre, muerto por sobredosis,en plena calle. Y era un buen muchacho, y muy guapo. Por todas estas madres, va mi corazón en este texto...
Gracias por venir un ratito por este rinconcito.
Has resumido el dolor y la angustia en palabras bellas, además de acertadas. Es la ventaja que tenéis los poetas, que incluso del sufrimiento hacéis arte, porque qué hay en este mundo que nos una más a los seres humanos que el sufrimiento.
Estás que te sales, niña.
Un beso.
Lo que me decís me anima mucho, os agradezco todos vuestros comentarios. Ojalá pudiera escribir como un poeta... gracias Pedro. Ya sabéis que aprendo de todos vosotros.
Quizá yo sea un inexperto y un profano en la materia, pero yo diría que esto está a la altura de los mejores, de aquellos que ocupan estanterías en las bibliotecas, en las tiendas de libros.
Genial, de verdad.
Yo me quito el sombrero.
¿No hay por ahí algún editor que se fije en esto?
Seguro que está entretenido publicando las payasadas de la Belén Esteban.
Besos.
Desgarradoramente acertada en tus flechas llenas de amarga poesía, pero altiva y elegante al mismo tiempo, cómo se te echó de menos en Vejer, titaaaa, el Amor de Juan no fue el mismo sin tí.
Gracias Raquel, me hubiese encantado estar con vosotros. Sé que todo saldría precioso. Un abrazo compañera de letras...
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