martes, 4 de mayo de 2010

SAGRARIO



De sus manos colgaba la piel

en sus pies arrastraba la tierra,

en la sien, prendidas,

pesaban noches de luna nueva.


Ojos no tenía, ni lengua,

ni carne en sus mejillas...

Acíbar vistió su alma,

estrangulaba las tripas.


Xerófita viene pisando

las piedras que no le pinchan,

andar de cristales finos...

¡Suspiros van adornando

la orilla de los caminos!


Dulce sueño que acunó

negra bestia acabaría,

por despertar la mañana

a horas en gris dormidas...


De sus manos colgaba la piel

en sus pies arrastraba la tierra,

y en la sien, prendidas

alondras que no despiertan.

9 comentarios:

genialsiempre dijo...

Bonio, aunque triste, pero muy bonito

El Drac dijo...

Es una semblanza triste la que nos proyectas, bello texto ¿pero a quién se refiere? Un abrazo

Cuenticiente dijo...

Es un homenaje, con todo mi cariño, y aunque ella no lo sepa... hacia una madre que perdió a su hijo, heroinómano. A su lucha, a su entrega, a su dolor...
A su hijo le encontraron una fria mañana de noviembre, muerto por sobredosis,en plena calle. Y era un buen muchacho, y muy guapo. Por todas estas madres, va mi corazón en este texto...

Cuenticiente dijo...

Gracias por venir un ratito por este rinconcito.

Pedro Estudillo dijo...

Has resumido el dolor y la angustia en palabras bellas, además de acertadas. Es la ventaja que tenéis los poetas, que incluso del sufrimiento hacéis arte, porque qué hay en este mundo que nos una más a los seres humanos que el sufrimiento.

Estás que te sales, niña.

Un beso.

Cuenticiente dijo...

Lo que me decís me anima mucho, os agradezco todos vuestros comentarios. Ojalá pudiera escribir como un poeta... gracias Pedro. Ya sabéis que aprendo de todos vosotros.

Anónimo dijo...

Quizá yo sea un inexperto y un profano en la materia, pero yo diría que esto está a la altura de los mejores, de aquellos que ocupan estanterías en las bibliotecas, en las tiendas de libros.
Genial, de verdad.
Yo me quito el sombrero.
¿No hay por ahí algún editor que se fije en esto?
Seguro que está entretenido publicando las payasadas de la Belén Esteban.

Besos.

Raquelilla dijo...

Desgarradoramente acertada en tus flechas llenas de amarga poesía, pero altiva y elegante al mismo tiempo, cómo se te echó de menos en Vejer, titaaaa, el Amor de Juan no fue el mismo sin tí.

Cuenticiente dijo...

Gracias Raquel, me hubiese encantado estar con vosotros. Sé que todo saldría precioso. Un abrazo compañera de letras...