domingo, 24 de junio de 2012

LA EXCURSIÓN.

¡Qué noche maravillosa... si no fuese por el hambre! ¡Qué cosquillitas de emoción poder salir de casa; de este agujero aburrido sin televisión! ¡He de correr mundo, ya, ahora mismo... necesito caminar y explorar.  La noche me ampara!
Subo desde mi casa, torpemente al principio, a lo más alto. Quiero ver, tentar, oler. Aunque todo esté oscuro no tengo miedo. Sé por dónde voy, hacia dónde voy. Tengo hambre. Primero iré a la cocina, deprisa, a comer algo. Después me jactaré de mi proeza y me tumbaré en el patio para admirar a la luna.

Acabo de oír cómo alguien abre una puerta, me esconderé un momento. No quiero que nadie vea lo que estoy haciendo. Yo sé esconderme... aquí mismo tras la puerta. Aquí estaré bien un buen rato. Me da igual lo que vengan a hacer, después seguiré con mis planes.
Parece que me han descubierto, he de huir ¡rápido!... voy hacia la luna, he de llegar al patio. Me persiguen. Camino deprisa, corro, huyo. Sí, me persiguen. Tendré que dejar la comida para después.
El hambre no me deja pensar con claridad... Comienzo a percibir un extraño olor...¿qué es esto?. Estoy mareado, me cuesta caminar. Tengo que volver a casa... ahora estoy cansado. Pero ¿hacia dónde estaba mi casa?
Todo se ha vuelto más oscuro aun... allí está la luna, al fin. Puedo verla desde la ventana... He llegado a ver la luna, aunque sea tan sólo desde la ventana. Ya no puedo moverme. Ya no siento el hambre.
Apenas puedo mover mis patitas.




No hay comentarios: